Entendiendo a Manuel, el político

SUPERATE

Si no tienes paciencia, prudencia, conocimiento del terreno y de su gente, empatía y una sonrisa que ofrecer, te crees político, pero no lo eres.

Hay personas que se lanzan a la política solo porque tienen dinero y necesitan tener aprobación del «público», otras, vocación de servicio, van todos caminando hacia un mismo destino que es la búsqueda del poder.

En ese andar, los «que saben» recomiendan algunos títulos como las 48 Leyes del Poder, El Príncipe, de Maquiavelo y El Arte de la Guerra, de Sun Tzu («Maestro Sun») y se lanzan a algo que le llaman «saber de política».

Es claro que para buscar el poder se necesita algo más que vocación y además, leer, leer mucho, siendo en la República Dominicana, necesario, tener a Bosch y Balaguer como referencias literarias y de enseñanzas, además un conocimiento profundo de la historia.

Manuel Jiménez ha sido tres veces diputado, pulseó con Juancito, renunció al PLD cuando nadie lo había hecho, denunció lo que pasaba en ese partido antes de la debacle, peleó desde el número 22 contra los grandes y el status cuo de los «mayoritarios» se tuvo que agrupar para poder doblegarle, entró en uno de esos partidos grandes en el 2019 y derrotó dentro a los «históricos» junto a otro recienllegado, para luego alzarse con la alcaldía derrotando al poder avasallante de «aquel PLD de Danilo y Gonzalo».

Llegando al poder, algunos creyeron que podrían «ahogarlo» desde dentro, socavando su figura y con él, su accionar, mientras Manuel aplicaba todo lo leído, pero además, asimilado, pues no basta la lectura si el perfil del humano o la capacidad no es suficiente para modificar el comportamiento ante la vida y el intercambio con la sociedad con la lectura, hay que asumirla como enseñanza, algunas, a nivel «nacho».

Durante estos años se emprendieron grandes campañas denotativas contra el Alcalde Manuel Jiménez, se han gastado varios cientos de miles en medios, periodistas, vocingleros, incluso, llegaron a contratar mafias para tirar basura en medio de la creación combinada de una crisis en la ciudad, posiblemente con el propósito de quebrar su espíritu y renunciara, pero este siguió su camino sin entretenerse, no del todo despreocupado por los niveles de popularidad que caían y la tasa de rechazo, que crecía.

Mientras sus adversarios internos obtenían decretos y algunos de ellos, terminando mal en el ejercicio de funciones en las instituciones del estado, otros maniobraron tanto que hoy son mal vistos y hasta luchar por aparecer siempre en la foto al lado del presidente para hacer creer, eran los elegidos, mientras al Alcalde no le preocupaba si el protocolo ni lo mencionaba en los eventos, o si le ponían en una esquina cuando era a él quien debían darle el primer corte de cinta por ser el administrador de la ciudad.

Llega la precampaña y una lista de aspirantes se forma, algunos de ellos ni quien invertir en registrar sus nombres, otros, se arriesgan, llegan con show y hasta en bicicleta, pero el Alcalde había llegado temprano con un valioso compañero y, sin ruido ni algarabía, su registro, el primero, ni fue reseñado por los medios.

Los competidores de Manuel gastaron miles de pesos en eventos multitudinarios, hasta hoy, han recorrido muchos kilómetros en «mano a mano» o bandereos, llenaba la ciudad de vallas ilegales y pegatinas en los postes, invadiendo todo, como plaga, mientras que el Alcalde esperaba justo el momento en que la Junta diera el «pitazo» de comienzo de campaña.

Hoy, algunos se asombran del posicionamiento de Manuel en las encuestas, pues, si bien es cierto que marcó de primero siempre, también se puede destacar que el daño hecho por la campaña, más la salida aún prematura de sus competidores, daba la impresión de que le derrotarían fácil, o que estaba acabado, mientras con una taza de café el Alcalde esperaba justo el momento de salida, en tanto se amarraban los detalles de una campaña contundente.

Algunos lograron cierto posicionamiento con el mal ejercicio en el poder, entregando botellas y recursos del estado, que terminaron crucificándolos para todo su futuro político, otros, usan los medios como comando de campaña para vender la magnificiencia, pero la población siempre es mayoritaria y ya no es generalizado el convencimiento con técnicas de antaño, derrotadas en el gobierno pasado.

Manuel está en campaña, sus equipos políticos se han activado, encuentra caras conocidas que se quedaron, otras, que regresan después del período de «confusión», muchos nuevos, pues no se gana necesariamente con todos los mismos, listos para mostrar una ciudad que se rescataba y se construía sin mucho ruido o cacareao, abrumado por las campañas en su contra que hasta ayer, se reactivaban otra vez.

Los adversarios comienzan a darse cuenta de que no han logrado subir lo suficiente como para derrotarle, ni dentro ni fuera, y es que para mantenerse y saber cuando y con quien luchar, se necesita ser político y muchos, aunque tengan El Arte de la Guerra de cabecera más que la Biblia, no logran entender las sociedades y menos, los escenarios de lucha política que incluye sumar siempre, no hablar mal de nadie, estar listo para cambiar de estrategias, consciente que puedes ser traicionado o levantado por quien ayer fue tu peor adversario y con, tópicos a tener en cuenta por quienes verdaderamente están preparados para ganar, el resto, solo son parte de la competencia.

Muchos de los adversarios a lo interno, están anulados por escasez de votos, fuera del partido, inexistentes.

Manuel marca hoy significativamente más que todos sus adversarios a lo interno, juntos y es el único que puede derrotar al externo, mientras comienzan a venderse las ejecutorias de su administración y los oponentes, que prometen ciudad turística o buena gerencia, llegan tarde con las propuestas, porque ya todo está comenzado, quedando mal parados y hasta en posiciones ridículas, inventado el «agua fría».

La política no se hizo para todo el mundo.

Se necesita conocer el terreno, conocer de composición social, ser empático, ofrecer confianza de persona a persona, pues las promesas de campaña para repartir los recursos del estado, acabaron, poder tener tiempo para compartir un café, que los seguidores sean compañeros y no adulones, que los que caminen a tu lado crean en ti como líder y no como jefe, mientras los libros son parte del conocimiento ya asimilado y solo estén en la biblioteca como material de referencia de lecciones aprendidas y preferentemente, ejecutadas.

@Fdo_Buitrago

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